Taller Textil Infantil en perfecta!
a cargo de Melina Cymlich
Se enseñaran diversas técnicas como bordado, tejido y costura, entre otras.
Se realizarán proyectos cortos donde se confeccionarán accesorios, juguetes, disfraces, objetos de decoración, etc,
adaptando el nivel de complejidad para que puedan hacerlos los alumnos.
Esta destinado a niños/niñas a partir de los 6 años.
Martes de 16:30 a 18:30
Comienza en septiembre
Materiales incluidos
Informes e inscripción: perfectacouture@gmail.com
taller de origami textil en perfecta!
a cargo de Karen Kim*
Taller de aplicación de la técnica del origami a textiles.
El curso constará de 3 clases de origami básico y durante
el resto del taller el alumno desarrollará un proyecto propio.
No hace falta tener conocimientos previos.
8 clases de duración
martes de 19 a 21 hs
comienza en Septiembre
informes e inscripción: perfectacouture@gmail.com
*Karen Kim es diseñadora textil egresada en la Universidad de Buenos Aires, es especialista en la técnica del origami tradicional y ha volcado todo su conocimiento al area textil.
nuevo dia para el taller de amigurumis!
jueves de 19 a 21 hs
comienza el 18 de agosto
quedan pocas vacantes!
comienza el 18 de agosto
quedan pocas vacantes!
taller de amigurumis* en perfecta!
a cargo de Julieta Azarcoya Alemán
los martes de 18.30 a 20.30 hs
y los sábados de 11 a 13 hs
8 clases de duración
materiales incluidos
no hace falta tener conocimientos previos
informes e inscripción: perfectacouture@gmail.com o solerdocia@gmail.com
*amigurumi es una técnica de tejido japonés basada en el diseño y confección de muñecos rellenos elaborados en crochet.
taller textil
Taller de costura, bordado, crochet, experimental y tradicional. Confección de prendas, nociones básicas de molderia, intervención y reciclado de prendas, confección de apliques, patchwork, objetos textiles. Costura a maquina y a mano.
Clases semanales de 3 horas de duración, grupos reducidos.
informes e inscripción: solerdocia@gmail.com
el club del crochet y los banderines, por Silvana Moreno*
De sorpresa, en la semana del 14 al 18 de febrero, en el Viejo Hotel Ostende se pusieron de moda unos corazones de crochet, collares de lana naranjas, verdes, rojos…. Era una moda exclusiva. Secreta no, porque su razón de ser estaba anunciada en la cartelera: “una labor absolutamente portátil” (con un corazón real colgando de una tacha, incluso). Pero no era fácil hacerse de uno: había que ser familiar, amigo o algo así de alguno de los tejedores que sabían cómo convertir la lana en eso. O aprender a crochetear.
Así, 14 huéspedes más o menos adultos (más la anfitriona del hotel) y otros tantos menores de 10 años se decidieron a tejer crochet y armar banderines. Desde la señora que hablaba mucho hasta la chiquita que no hablaba nada, se juntaron durante cinco tardes donde menos soplara el viento.
Los resultados, apabullantes: tiras de banderines multicolores y multiformato hechos en un par de horas bien empleadas. Y, en crochet, cuadrados y triángulos barrocos, corazones, vinchas, pingüinos, pelotas rellenas, collares para Lulú, la perra residente, y - el hit - una especie de esponja marino-alienígena con volados irregulares y cascabeles. “No sé ni por qué ni para qué, pero me gusta”, declaraba, aguja número 4 en mano, una danesa de pelo corto platinado, mientras empezaba a tejer el que sería el alien de mayor tamaño de la temporada.
“Jamás hubiera imaginado que yo podría hacer algo así”, fue la frase recurrente en los encuentros. Es que todos los asistentes volvieron de las vacaciones con una habilidad nueva.
Ya es el segundo febrero que Soledad Erdocia extiende sus clases porteñas de labores al Viejo Hotel Ostende, a instancias de Roxana Salpeter, a cargo del lugar y una de sus alumnas preferidas de los sábados en el taller de Once. Erdocia asomó por Ostende el domingo 13 con una máquina de coser y su estampa misteriosa, tan años 40 y 2011 a la vez, a tono con el hotel y con las fotos de bañistas retro que cuelgan por ahí. Fue furor su capelina de rafia negra plegable comprada en una calle de París. “Estás vestida igual a una foto de Coco Chanel que tengo en un libro”, le dijo la diseñadora gráfica Julieta Ulanovsky cuando se la cruzó en el lobby.
Erdocia llegó, además, con su novio, el artista plástico Fabián Bercic, que en el horario de clases armaba una maqueta no fotografiable ( “top secret”, reconoció) de una iglesia rusa recubierta de fósforos (con las cabezas ya quemadas, bien ahí).
Anillos mágicos, autoestima y un choclo
Todos los días, un rato antes de las 5, cuando la playa se pone mejor que nunca (incluso cuando flameó la codiciada bandera celeste), bien poco detenía a los participantes. Hubo asistencia casi perfecta.
Sobre la mesa, de todo para elegir: lana celeste, roja, naranja, verde malva y esmeralda, manuales y agujas de crochet, tijeras, géneros variopintos, una soga, cintas al bies, agujas, alfileres con cabezas de colores, cascabeles, y un tupper amarillo con forma de choclo. Sólo había que elegir una disciplina, equiparse, seguir las indicaciones y largarse sin miedo. De repente, cobraban sentido palabras y frases como vareta, cadeneta, anillo mágico, medio punto, media vareta, vareta doble, vareta triple, punto enano… El primer día, pasaron los minutos y la alumna que empezó desconfiando de sus habilidades motrices terminó la clase emocionada y se fue con una forma alienígena que al otro día volvería crecida. Ideal para árboles de Navidad o guirnaldas sobre cunas de recién nacidos, se comentaba. “Este diseño es la legitimación del error, mientras más se descontrolen los puntos, mejor”, se alegraba Salpeter.
Entre otros, también pasaron por ahí una adolescente arty y habilidosa con su madre, las dos zurdas; una periodista en funciones apurada que pidió una clase express dos horas antes de que se fuera su bus a Buenos Aires; una alumna experimentada que llevó una treintena de banderines de lona recortados para rellenarlos de guata (“son almohaditas, me parece”, dijo un observador desconcertado), y hasta un hombre , arquitecto interesadísimo en el crochet, al que su mujer e hijos bebes acompañaban con orgullo. La anfitriona del hotel, tan atenta a las varetas como a trabajar vía teléfono, anunció que ya compró las lanas para tejer un cobertor con muchas piezas de crochet diferentes unidas.
En cuanto al grupo de menores, sólo se dedicaron a los banderines. Las lonas rayadas y los algodones estampados con flores mínimas y corazones fueron recortados de mil formas, menos de triángulos: flores, corazones, estrellas, cuadrados, hombrecitos, rombos calados… mejor, con la tijera zig-zag. En este rubro, el hit fue el modelo pulpo: un cuadrado con flecos.
Los encuentros empezaron en el jardín del parador, con el correr del viento se trasladaron a un parque en el hotel, y la lluvia del último día metió a todos en la cafetería.
Ya sobre el final, no se sabía bien si se trataba de un taller, una hermandad, una secta o qué.
Pero una tarde, cuando la familia del tejedor se disponía a abandonar la reunión, Galo, su hijo de dos años, le preguntó:
-Papá, ¿te quedás en el club?
Entonces, todo cerró: El club del crochet y los banderines era.
(*) Silvana Moreno es la alumna de los banderines rellenos.
Así, 14 huéspedes más o menos adultos (más la anfitriona del hotel) y otros tantos menores de 10 años se decidieron a tejer crochet y armar banderines. Desde la señora que hablaba mucho hasta la chiquita que no hablaba nada, se juntaron durante cinco tardes donde menos soplara el viento.
Los resultados, apabullantes: tiras de banderines multicolores y multiformato hechos en un par de horas bien empleadas. Y, en crochet, cuadrados y triángulos barrocos, corazones, vinchas, pingüinos, pelotas rellenas, collares para Lulú, la perra residente, y - el hit - una especie de esponja marino-alienígena con volados irregulares y cascabeles. “No sé ni por qué ni para qué, pero me gusta”, declaraba, aguja número 4 en mano, una danesa de pelo corto platinado, mientras empezaba a tejer el que sería el alien de mayor tamaño de la temporada.
“Jamás hubiera imaginado que yo podría hacer algo así”, fue la frase recurrente en los encuentros. Es que todos los asistentes volvieron de las vacaciones con una habilidad nueva.
Ya es el segundo febrero que Soledad Erdocia extiende sus clases porteñas de labores al Viejo Hotel Ostende, a instancias de Roxana Salpeter, a cargo del lugar y una de sus alumnas preferidas de los sábados en el taller de Once. Erdocia asomó por Ostende el domingo 13 con una máquina de coser y su estampa misteriosa, tan años 40 y 2011 a la vez, a tono con el hotel y con las fotos de bañistas retro que cuelgan por ahí. Fue furor su capelina de rafia negra plegable comprada en una calle de París. “Estás vestida igual a una foto de Coco Chanel que tengo en un libro”, le dijo la diseñadora gráfica Julieta Ulanovsky cuando se la cruzó en el lobby.
Erdocia llegó, además, con su novio, el artista plástico Fabián Bercic, que en el horario de clases armaba una maqueta no fotografiable ( “top secret”, reconoció) de una iglesia rusa recubierta de fósforos (con las cabezas ya quemadas, bien ahí).
Anillos mágicos, autoestima y un choclo
Todos los días, un rato antes de las 5, cuando la playa se pone mejor que nunca (incluso cuando flameó la codiciada bandera celeste), bien poco detenía a los participantes. Hubo asistencia casi perfecta.
Sobre la mesa, de todo para elegir: lana celeste, roja, naranja, verde malva y esmeralda, manuales y agujas de crochet, tijeras, géneros variopintos, una soga, cintas al bies, agujas, alfileres con cabezas de colores, cascabeles, y un tupper amarillo con forma de choclo. Sólo había que elegir una disciplina, equiparse, seguir las indicaciones y largarse sin miedo. De repente, cobraban sentido palabras y frases como vareta, cadeneta, anillo mágico, medio punto, media vareta, vareta doble, vareta triple, punto enano… El primer día, pasaron los minutos y la alumna que empezó desconfiando de sus habilidades motrices terminó la clase emocionada y se fue con una forma alienígena que al otro día volvería crecida. Ideal para árboles de Navidad o guirnaldas sobre cunas de recién nacidos, se comentaba. “Este diseño es la legitimación del error, mientras más se descontrolen los puntos, mejor”, se alegraba Salpeter.
Entre otros, también pasaron por ahí una adolescente arty y habilidosa con su madre, las dos zurdas; una periodista en funciones apurada que pidió una clase express dos horas antes de que se fuera su bus a Buenos Aires; una alumna experimentada que llevó una treintena de banderines de lona recortados para rellenarlos de guata (“son almohaditas, me parece”, dijo un observador desconcertado), y hasta un hombre , arquitecto interesadísimo en el crochet, al que su mujer e hijos bebes acompañaban con orgullo. La anfitriona del hotel, tan atenta a las varetas como a trabajar vía teléfono, anunció que ya compró las lanas para tejer un cobertor con muchas piezas de crochet diferentes unidas.
En cuanto al grupo de menores, sólo se dedicaron a los banderines. Las lonas rayadas y los algodones estampados con flores mínimas y corazones fueron recortados de mil formas, menos de triángulos: flores, corazones, estrellas, cuadrados, hombrecitos, rombos calados… mejor, con la tijera zig-zag. En este rubro, el hit fue el modelo pulpo: un cuadrado con flecos.
Los encuentros empezaron en el jardín del parador, con el correr del viento se trasladaron a un parque en el hotel, y la lluvia del último día metió a todos en la cafetería.
Ya sobre el final, no se sabía bien si se trataba de un taller, una hermandad, una secta o qué.
Pero una tarde, cuando la familia del tejedor se disponía a abandonar la reunión, Galo, su hijo de dos años, le preguntó:
-Papá, ¿te quedás en el club?
Entonces, todo cerró: El club del crochet y los banderines era.
(*) Silvana Moreno es la alumna de los banderines rellenos.
taller de guirnaldas y banderines en el viejo hotel ostende!!!
del 14 al 18 de febrero – Quién quiere tejer, quién quiere bordar, quién quiere hacer banderines junto al mar …?
taller de diseño y confección de guirnaldas y banderines de materiales diversos y crochet en el Viejo Hotel Ostende
lunes 14 especial banderines del amor!
informes sobre las actividades del hotel en febrero: http://www.viejohotelostendeblog.com/
info@hotelostende.com.ar
talleres textiles super intensivos en febrero
Talleres textiles en febrero
a cargo de Silvina Romero y Soledad Erdocia
* tres propuestas de talleres intensivos
* dos días cada uno en jornadas de 6 horas
* materiales incluidos y kits bordadora, tejedora y costurera de regalo!!!
no se precisan conocimientos previos
1. crochet:
enseñanza de puntos de crochet y sus aplicaciones
cadeneta, medio punto, varetas y sus variantes
tejido circular, esfera, tubular
realización de motivos
lectura de patrones
proyección de imagenes con aplicaciones de los aprendido y exhibición de trabajos
kit de regalo incluye: dos agujas de crochet, hilo macrame y lana gruesa, apuntes de puntadas y patrones.
2. bordado:
enseñanza de puntadas y sus aplicaciones
puntos lineales, puntos de relleno, nudos, cadena y sus derivados, feston, etc.
aplicación en distintas superficies (telas estampadas, lisas, plástico, papel, etc)
proyección de imagenes con posibles aplicaciones y exhibicion de trabajos
kit de regalo incluye: bastidor, tela, dos agujas, cinco ovillitos de hilo, apunte con puntadas básicas
3. molderia y confección de faldas:
toma de medidas
realización de moldería de falda base y media campana a medida
enseñanza de las distintas variantes de falda a partir de la falda base (recta, tubo, evase, gajos, tablón, canesú, fruncida, etc) rotación de pinzas, cintura alta, media y baja, margenes de costura
corte y confección de falda a medida a elección
proyección y análisis de imagenes de distintos modelos de falda
kit de regalo incluye: papel para hacer molde, centímetro, tiza, alfileres, apunte de falda y corpiño base y falda campana y media campana
materiales necesarios:
cuaderno, lápiz, goma, regla y escuadra (preferentemente de mas de 30 cm)
tijera para tela y papel, 1 metro y medio de tela para falda (gabardina, algodón, etc) cierre de 18 cm del color de la tela.
los interesados escribir detallando nombre, teléfono y horarios disponibles.
a partir de la disponibilidad horaria se armaran los grupos y días de cursada.
Silvina Romero silvinaromeroo@gmail.com o al 15 54 59 53 40
Soledad Erdocia solerdocia@gmail.com o al 15 30 22 9114
el taller se dicta en el barrio de once, capital federal
clínica de vestimenta y proyectos textiles
Taller teórico-practico de análisis y desarrollo de proyectos de indumentaria, textiles y afines.
Análisis y reflexión de la producción y seguimiento de proyectos de los asistentes, como así también de los conceptos aplicados a cada trabajo.
Crítica constructiva del trabajo propio y ajeno.
Referentes en distintos ambitos: moda, artes plásticas, fotografía, música, etc.
Modos de presentación y registro. Armado de carpetas de presentación, concursos, statment, estudio de los distintos canales de circulación, etc.
Historia de la moda, relación arte-moda, arte aplicado a la moda.
Análisis de producción de realizadores contemporáneos e historicos.
Charlas con diseñadores y artistas invitados
Informes en inscripción: solerdocia@gmail.com - 15 30 22 9114 o 4633 1419
del 8 al 12 de febrero clases de bordado y crochet en el viejo hotel ostende
informes: hotelostende@telpin.com.ar www.viejohotelostendeblog.com
talleres de verano de bordado, crochet y reciclado de prendas
informes e inscripcion: solerdocia@gmail.com - 15 30 22 9114
también esta abierta la inscripción para los talleres textiles regulares (corte y confección, bordado, reciclado, crochet)
próximamente: clínica de indumentaria y desarrollo de proyectos textiles
número uno de una serie de exhibiciones que tienen como común denominador ciertas actividades asociadas a las prácticas hogareñas. Me interesa el punto de inflexión en el que estas labores dejan de ser meras actividades practicadas dentro del ambito cerrado del hogar para ser apropiadas por el arte contemporáneo, como asi también la práctica de la labor en sí, de alli que mi mirada no solo este puesta en los artistas que han tomado estas labores como parte del desarrollo de su discurso, sino que también esta enfocada hacia lugares donde estas actividades son desarrolladas sin intencion artística alguna.
Esta serie de muestras no tienen un lugar predeterminado ni formato de exhibicion prestablecido, mi idea es la de buscar espacios y modos que tengan algún tipo de filiación con las distintas temáticas.
Labores: muestrario de bordados fue organizada en colaboración con Malena Pizani y en ella participaron Fernanda Laguna, Catalina León, Leo Chiachio y Daniel Giannone, Nicanor Araoz, Diana Aisenberg, Guillermina Baiguera, Anabella Papa, Silvina Romero, María Ibañez Lago, Alina Perkins, Leandro Cappadona, Malena Pizani, Soledad Erdocia junto a doñas invitadas. Pensada originalmente para el espacio Sils-Loleta, resolvimos cambiar el lugar de exhibición por uno mas relacionado con el ambiente donde las mujeres solian reunirse a bordar, el estar o living de una casa. Se sirvio té rico con galletitas caseras con formitas y Hesperidina.
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